Las alas de Titika
Un médico contador de historias
María Julia Hidalgo López
13-04-2013
Llegó con libro en mano y lo regaló con la formalidad de un médico. Mi curiosidad me llevó a indagar quién era ese personaje que miraba el paisaje del monte con ojos repletos de plenitud y añoranza. —Crecí detrás de esos cerros y verlos de nuevo me reviven el pasado—, casi adivinando mi pensamiento, fue lo que dijo sin que nadie le preguntara nada. La señora del lugar le sonrió gustosa y le agradeció el obsequio. Lo supe después, que ambos vivieron su infancia en el mismo pueblo, y el libro que ahora llevaba era su más reciente publicación: "Retazos".
Nicolás Avilés González es el hombre que llegó esa tarde, médico de profesión y escritor de historias cargadas de personajes y sentires de su pueblo. Nicolás Avilés nació en un pueblo cañero del estado de Sinaloa y sus andanzas lo llevaron a conocer los recovecos de la sierra sinaloense y los aires de sus costas. Su formación médica la realizó en la UNAM y vivió mozas experiencias en la ciudad de México. Sin embargo, pese a los años de ausencia, supo que regresaría a su tierra natal y en ella formaría su familia.
Así lo hizo y actualmente Nicolás Avilés es también un narrador que detalla el panorama del que se ha nutrido su vida y con ésta las anécdotas y el habla de los que nunca se fueron; esos que permanecen y forman parte indeleble de la tierra y de todo lo que ella envuelve.
Así es como nació el primero de sus libros, haciendo honor a su pueblo Costa Rica, Se va a saber dijo Barrón', título que confabula la advertencia de quien conoce una verdad que no tardará en ser del dominio de todos. Su inicio literario parte de su tierra natal y con este arranque continúa coloreando las vivencias de la gente sin rostro, con él la identifica.
'El brujo de las dos magias', el segundo de sus libros, donde la trama parte de un velorio al que no le faltan lágrimas, pero en el que sí se susurra el dolor como una más de las dolencia de aquellos que encerrados en un cuarto, velan la ausencia de uno de los suyos. Imágenes de pobreza y olvido que reseñan el vivir de quienes trabajan la tierra en el más desolado de los abandonos. Personajes que retratan un ambiente de miseria, sin que por ello carezcan de fe y esperanza.
Contrastando con el paisaje serrano de 'El brujo de las dos magias', Avilés publica después 'Con la muerte en los pies', un relato donde comparte la experiencia de un estudiante de medicina que, ante la disyuntiva de ejercer su servicio social, elige un lugar que dista en todo lo por él conocido. José, el nuevo pasante, se queda mudo al no saber anunciar la muerte del que fuera el primero de sus pacientes. Dando un giro a las historias biográficas, aparece en el 2010, en colaboración con Eduardo Ramos, 'Alborada', título que le atribuye por el nacimiento de Radio UAS. En Alborada se plasma, a manera de crónica, los avatares ocurridos en la creación de la radiodifusora universitaria en los años 70's; quiénes fueron los precursores, cuáles las circunstancias.
Con 'Retazos' fue que conocí al médico que decidió escribir la vida de su región con todo y sus personajes y anécdotas; esas que hermanan a los seres de un mismo lugar. En 'Retazos', los aludidos, si los hubiera, se identifican con nombres, hazañas y sitios por ellos reconocidos. Quienes conocen a Nicolás Avilés, ahora sabrán que los retazos de tela que compraba su madre en los saldos de las tiendas, sirvieron para confeccionar los pantalones de él y de sus hermanos, y que esos recuerdos de infancia sirvieron ahora para homenajear la labor de doña Petra González de Avilés, que como buena administradora del hogar, supo y sabe, como muchas, sortear la raquítica economía familiar. ¡Enhorabuena Nicolás!, que sigan las historias.
Comentarios: majuliahl@gmail.com
Nicolás Avilés González es el hombre que llegó esa tarde, médico de profesión y escritor de historias cargadas de personajes y sentires de su pueblo. Nicolás Avilés nació en un pueblo cañero del estado de Sinaloa y sus andanzas lo llevaron a conocer los recovecos de la sierra sinaloense y los aires de sus costas. Su formación médica la realizó en la UNAM y vivió mozas experiencias en la ciudad de México. Sin embargo, pese a los años de ausencia, supo que regresaría a su tierra natal y en ella formaría su familia.
Así lo hizo y actualmente Nicolás Avilés es también un narrador que detalla el panorama del que se ha nutrido su vida y con ésta las anécdotas y el habla de los que nunca se fueron; esos que permanecen y forman parte indeleble de la tierra y de todo lo que ella envuelve.
Así es como nació el primero de sus libros, haciendo honor a su pueblo Costa Rica, Se va a saber dijo Barrón', título que confabula la advertencia de quien conoce una verdad que no tardará en ser del dominio de todos. Su inicio literario parte de su tierra natal y con este arranque continúa coloreando las vivencias de la gente sin rostro, con él la identifica.
'El brujo de las dos magias', el segundo de sus libros, donde la trama parte de un velorio al que no le faltan lágrimas, pero en el que sí se susurra el dolor como una más de las dolencia de aquellos que encerrados en un cuarto, velan la ausencia de uno de los suyos. Imágenes de pobreza y olvido que reseñan el vivir de quienes trabajan la tierra en el más desolado de los abandonos. Personajes que retratan un ambiente de miseria, sin que por ello carezcan de fe y esperanza.
Contrastando con el paisaje serrano de 'El brujo de las dos magias', Avilés publica después 'Con la muerte en los pies', un relato donde comparte la experiencia de un estudiante de medicina que, ante la disyuntiva de ejercer su servicio social, elige un lugar que dista en todo lo por él conocido. José, el nuevo pasante, se queda mudo al no saber anunciar la muerte del que fuera el primero de sus pacientes. Dando un giro a las historias biográficas, aparece en el 2010, en colaboración con Eduardo Ramos, 'Alborada', título que le atribuye por el nacimiento de Radio UAS. En Alborada se plasma, a manera de crónica, los avatares ocurridos en la creación de la radiodifusora universitaria en los años 70's; quiénes fueron los precursores, cuáles las circunstancias.
Con 'Retazos' fue que conocí al médico que decidió escribir la vida de su región con todo y sus personajes y anécdotas; esas que hermanan a los seres de un mismo lugar. En 'Retazos', los aludidos, si los hubiera, se identifican con nombres, hazañas y sitios por ellos reconocidos. Quienes conocen a Nicolás Avilés, ahora sabrán que los retazos de tela que compraba su madre en los saldos de las tiendas, sirvieron para confeccionar los pantalones de él y de sus hermanos, y que esos recuerdos de infancia sirvieron ahora para homenajear la labor de doña Petra González de Avilés, que como buena administradora del hogar, supo y sabe, como muchas, sortear la raquítica economía familiar. ¡Enhorabuena Nicolás!, que sigan las historias.
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