Literario

martes, 2 de abril de 2013

 
En Costa Rica teníamos a un mentiroso:
 
Platicaba Chinto que en una ocasión se interno en lo más profundo del monte que está enseguida del Panteón de Costa Rica, lo hizo con el propósito de traer una carga de leña para mantener el fuego en las hornillas de su cocina, estando allá lo atacaron varios jabalíes, como no portaba arma de fuego al cinto desesperado no le quedo otra que arrojar su hacha contra la puerca más grande, la líder de la manada, con tan buena suerte que le dio en la parte superior de su cuerpo voluminoso, retrocedió y con ella el resto de los animales perdiéndose entre lo espeso de la maleza. A los tres años regresó por leña al mismo sitio, cual no sería su sorpresa, miró a la cochi que aún la traía, la seguía una camada como de diez cerditos, cada uno llevaba su respectiva hachita clavada en su lomo.
 
Dr. Nicolás Avilés González
 
 

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