Un pequeño a su progenitora dice:
-Madre, fíjate que me caí pa'arriba
y me salí pa'dendro
-Cómo le hiciste?
-Fácil- contestó el pequeño
-Fácil- replicó la señora
-Si, mama... Estaba soñando.
A menudo olvida el hombre soñar
y con ello entume su mocedad;
es necesaria la magia del niño
para trocar las ilusiones en realidad
Dr. Nicolás Avilés González
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